lunes, 21 de febrero de 2011

Chinaa!!!

Hey guys!

Well, since I can’t facebook this because (dammit sofi!) I don’t remember my secret question’s answer, and the proxy I’m using to access facebook won’t show the pictures, probably no one will read this post, but I’ll upload it anyway.
I’ve been in china for 5 days now. The first 3 days I spent in Shanghai, and the past 2 in Guilin. It has been an awesome experience, and I’m so glad I came here! In Shanghai I met an Aussie girl, half Indian and half Pakistani who has pretty much travelled all over the world, and spent two days with her roaming the streets of Shanghai. We:
 Ate chocolate dipped strawberries in the Marriot (half price after 7).
 Were harassed by people in the street showing us pictures of pirated goods (lady! Lady! Buy bag! Luis Vuitton, Lady!... I feel so much like royalty now).
 Went to a massage place that was pretty cheap and although it smelled like cigarettes, the people were super nice and we laughed quite a bit even though they didn’t speak any English (they pointed our faces saying: pretty, and then signaled our legs saying something in Chinese that I’m pretty sure was: fat, we just laughed a bunch).
 Were stopped in the street again, this time by people who wanted to take pictures with us (you’re so pretty lady! Ha!).
 She also got offered a “sexy massage” by a guy in the street, we wondered for a while what in the world did that mean.
 I ate weird Chinese fruits that were very tasty and that I had only seen in cans before, and also chatted with a Chinese girl in my hostel, who was super nice and wanted to someday open an orphanage, and didn’t want to get married before she achieved it (but couldn’t tell her family about it).
 And a bunch more that I’ll leave for another occasion.

Then I came to Guilin (I can’t upload pictures, but please look it up, is gorgeous), but I’ll write about it some other time, because I’m a little bit sleepy now.

I’ve been missing you all a bunch, and I hope your vacations are as fun as mine (minus all the cheating taxi drivers and tour guides). I think about you every day (love letter much?) and I hope you think of me, even if it’s just a passing: “dammit sofi!” when you can’t find your keys, or when you drop something, have an accident, etc.

Lots of Hugs!!!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Purikura!!!!!!

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Cuando tenía 11 ó 12 años, iba al cine Hoyts de la Reina con mis amigas después del colegio. Nos sentíamos super grandes e independientes caminando solas el kilómetro que los separaba, y una de las cosas más entretenidas del día era sacarnos fotos en la máquina que estaba frente al Dunkin Donuts. La maquinita hacía stickers con fondos entretenidos que por lo general pegábamos en nuestras agendas. Después de un tiempo la sacaron, y nunca encontré otra similar.

Hasta que vine a Japón.

Las maquinitas de purikura son una version hiperevolucionada de la que conocí en el cine Hoyts. Están en prácticamente todos lados, y son demasiado entretenidas.
Primero elijes los fondos y después la máquina empieza a tomar las fotos. Automáticamente empareja e ilumina tu piel, agranda y aclara tus ojos, afina tus cejas, blanquea tus dientes y hace que el pelo se vea más claro, dando una buena idea del ideal de belleza Japonés.
En la segunda etapa puedes modificar las fotos, poniendo maquillaje, disfraces, efectos especiales, mensajes etc.
Cuando todos terminan de "enchular" las fotos, se imprimen, cortan, y usan para decorar cuadernos, celulares, etc.

Un día después de ir al pub, pasamos a tomarnos purikura como a las 3 de la mañana, y había un grupo de japoneses tomandose fotos... y nos invitaron! Lo mejor del purikura, además de que por lo general te hace ver más linda, es que es un lindo recuerdo de cualquier tipo de ocación.

AWESOME!!!


martes, 8 de febrero de 2011

Cumpleaños Hoyoon

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Ayer fue el cumpleaños de una de mis amigas. Fuimos a su pieza y nos pusimos a jugar con maquillaje como de costumbre. Yo quería ver mi versión morena jamás lograda dada mi aversión al sol, así que me puse la base de Jo, y Bona me puso el resto del maquillaje. El resultado fue... naranjo. Pero bueh.

Arriba: Elisabet (Islandia)
Centro de izquierda a derecha: Yo, Ashley (EEUU), Eugene (Corea), Bona (Corea/EEUU)
Abajo: Jo (Filipinas), Hoyoon (Corea), Charlotte (EEUU)

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ley de Murphy

Como mencioné antes, esta es mi última semana de clases, y gracias a mi naturaleza hiper procrastinadora, he estado haciendo todo a última hora, durmiendo la nada, etc. Si no había estado durmiendo mucho, menos iba a perder tiempo limpiando mi pieza (sólo pierdo tiempo viendo tele...). Por supuesto, mi pieza era un fiel reflejo de mi vida estos últimos días: la ropa en el piso, bolsas de comida por todos lados, platos sucios, papeles y boletas repartidos por doquier, las bolsas de basura en el balcón, etc. Como buena estudiante, consideré que el período de exámenes era excusa suficiente, y que ya que no pensaba invitar a nadie, no era tan terrible.

En mitad de clases sonó mi celular, y después de buscarlo en los miles de bolsillos de las tres chaquetas que estaba usando, lo apagué muerta de vergüenza. Después de clases una compañera me contó que la pieza de arriba se había inundado, y que el agua había pasado a mi pieza, pero que habían revisado y no había pasado nada terrible.

Excepto que entraron a mi pieza. A mi terriblemente desordenada pieza.

Pero eso no fue nada comparado con lo que vino después. Apenas llegué a la pieza, el personal del Kaikan vino a limpiar, y a pesar de que les dije veinte veces que no era necesario, tuve que ver (roja como tomate), como secaban el piso (corriendo toda la basura hacia el costado), el refrigerador, y hacían bromas acerca de lo mucho que al parecer me gustaba limpiar. Y después... vieron el baño!!!!!! que tiene en el lavamanos una torre de platos, sartenes, cubiertos, etc!!!! Y cuando por fín pensé que se iban a ir, se pusieron a arreglar los cajones de la cama que estaban atascados, después decidieron atornillar el respaldo, etc. En ese momento me di cuenta de que no me quedaba otra que ponerme a ordenar, ya que al parecer no tenían ninguna intención de dejarme sola para que me tragara la tierra. Pero por lo menos ahora los cajones se mueven, y no se rieron de mi toooodo el rato (o quizás si, pero como no entiendo tanto japonés, no me di cuenta... ojos que no ven, corazón que no siente). También me insinuaron que sería bueno devolver la aspiradora que había raptado de la oficina el jueves (en teoría la prestan por una hora).

Supongo que no hay nada que hacer, y aún en el tiempo más estresante, hay que mantener todo impecable, porque Murphy se las va a arreglar para llenar tu pieza de gente si es un asco como la mía.


domingo, 30 de enero de 2011

Semana de exámenes

Ya mismo me levanto y voy a hacer los deberes...
Esta semana es mi última semana de clases, y para variar, estoy escribiendo y estudiando todo a última hora. Ayer después de despertar a las 5 p.m. de una siesta, me fui a trabajar al Starbucks que queda cruzando la calle, porque suelo ser más productiva allá. Y funcionó hasta que me aburrí como a las 9, y desde entonces me dediqué a perder el tiempo viendo series y leyendo manga. Por suerte sólo me quedan dos ensayos que escribir (no quiero ni hablar de la calidad de los que ya terminé). Siempre que se acerca la semana de pruebas, mi productividad baja a niveles cercanos a cero, pero por lo menos no soy la única (si, si, "mal de muchos, consuelo de tontos", pero asi soy...). Viva Felipito!!!!

jueves, 27 de enero de 2011

Mi pieza

Antes de venir, una de las cosas que más me preguntaba era cómo sería mi pieza... grande o chica, oscura o luminosa, linda o fea, etc. En la página web del dorm no habían fotos, y como el arriendo era sospechosamente barato, no tenía muchas esperanzas.

Cuando llegué, me encantó lo luminosa y amplia que era. Mis amigos europeos encuentran que las piezas son chicas, pero para mí es perfecta. Tengo un mueble multiuso que es escritorio, librero, estantería y despensa… osea, lo que se me ocurra. Mi mamá me dijo cuando lo vio que era igual a los que tenía ella en los años ’60, y ahora quiero uno para mi pieza de santiago (me pregunto donde podré encontrar uno relativamente barato). Además de la cama y el súper mueble, tengo un refrigerador, balcón, closet y baño. Si bien las paredes de la pieza estaban un poco manchadas, cubrí las manchas con afiches y propaganda que me pareció bonita.

El piso es de un plástico que se ve como madera, y lo entretenido es que cuando lo apretas con la uña, se hunde un poco. También tenemos un aire acondicionado / calefacción que sirve mucho para secar la ropa en invierno (el lugar donde secábamos la ropa desapareció misteriosamente de un día para otro). Cuando heredé la pieza noté que el/la dueñ@ anterior había puesto en la pared de la cama ganchitos donde podía enganchar un cordel desde mi súper mueble, y como quedaba en línea horizontal frente a la calefacción, era perfecto para colgar la ropa. El problema fue que al parecer colgué mucha ropa de una sola vez, y uno a uno los ganchitos se fueron cayendo. Ahora tengo que ingeniármelas con el soporte de la cortina, y si se cae también, me muero. Debería comprar ganchitos nuevos, pero como sólo me quedan tres semanas aquí, no creo que valga la pena.

El baño es chiquitito pero fácil de limpiar. La llave de agua del lavamanos se gira y se convierte en el grifo de la tina. Como las paredes y el piso son de una pieza plástica, con la ducha mojo el baño entero, y se seca en cinco minutos.

Me encanta mi pieza, y ahora tengo ganas de agrandar mi ventana en santiago para que sea tan luminosa como esta. Lo curioso es que la distribución de la pieza es igual a la que yo tengo en santiago (supongo que es una distribución común), y entre eso y que me traje mi plumón (porque amo mi cama un poco demasiado), me sentí como en casa desde el primer momento (amor a primera vista, menos unas cuantas manchas en la pared).

sábado, 22 de enero de 2011

Very international JTW dinner

En mi programa cada alumno tiene un tutor, un alumno japonés que nos ayuda durante las primeras semanas con ciertos trámites, algunos nos acompañan a los paseos que organiza la universidad, y todos son muy simpáticos. La semana pasada a uno de los tutores se le ocurrió hacer una comida internacional en el kaikan (dorm) hoy. Todos los alumnos que se inscribieron fueron separados en grupos de alrededor de 6, y cada grupo tenía que cocinar suficiente comida para 10 personas. Era deber del grupo organizarse, elegir que platos preparar, comprar los ingredientes y juntarse a cocinar para tener todo listo en la sala de reuniones a las 5 p.m. En mi grupo éramos una amiga coreana, una estadounidense, una filipina, una francesa, un inglés, un tutor y yo, y decidimos hacer un plato filipino en versión normal y vegetariana, un plato japonés y dos postres estadounidenses.

Nos juntamos a las 2 p.m. para ir a comprar los ingredientes, y yo obviamente acababa de salir de la ducha y todavía no había almorzado, pero no era la única, y en mi defensa, era sábado. Después de ir a comprar cada uno volvió a su pieza, y quedamos de juntarnos alrededor de las 3.30 p.m. a cocinar, lo que me dejó una hora para ordenar mi pieza, cocinar y almorzar. Aunque mi aporte no fue mucho (me pasé el tiempo picando, limpiando, cortando, y sacando fotos), lo pasé muy bien. Terminamos justo a tiempo y teníamos nuestra mesa lista a las 5, pero fuimos los únicos.

Mientras esperábamos al resto, nos tomamos una botella de té entera (lo consideramos nuestro premio por ser puntuales) y nos entretuvimos viendo como poco a poco las mesas se fueron llenando de comida que se veía realmente deliciosa. Y lo era. Comimos tanto que nos queríamos morir, y apenas nos sentíamos mejor, comíamos más. Mis compañeros cocinan demasiado rico, y por muy cliché que sea, se notó el cariño que todos pusieron en su comida. El exceso de azúcar fue responsable de severos ataques de risa, conversaciones intelectuales acerca del sonido que hacen los gallos es cada país (la versión alemana es kikiriquí también), y demostraciones de bailes nacionales. A la hora de irnos los tutores regalaron las botellas que sobraron, y me tocó una llena de mi té favorito! Me fui “guatita llena, corazón contento” y con platitos con sobras para mi almuerzo de mañana.