sábado, 13 de noviembre de 2010

De la torpeza y otros males

El clima de este año fue poco común. El verano fue extremadamente caluroso (en septiembre hubo días con 39ºC y 85% de humedad) y largo, y de verano pasamos inmediatamente a invierno. Un día hacían 28ºC con humedad relativamente alta, y al día siguiente, 10ºC y aire seco. La verdad es que nunca antes me había fijado de lo agradable que es el clima en Santiago... Nuestro promedio en verano es cercano a 33ºC sin humedad, y en invierno nos morimos de frío si hacen 6ºC. Si bien en ocasiones el clima se vuelve un poco loco (como hace unos días que escuché que llovió torrencialmente en medio de la primavera), deberíamos agradecer todos los días el hecho de que sólo una o dos veces por verano superamos los 36ºC, o bajamos de los 2ºC en invierno.

Hace un mes, me caí y creí que me había torcido el tobillo. Estaba hinchado y me salió un moretón. Mis amigas, a las que conocía hacía poco más de una semana en ese entonces, me cuidaron y me regalonearon harto esos días. Me traían comida, se quedaban en mi pieza para ver películas conmigo, y en general, se portaron un siete. Después de eso y de unos cuantos cortes en los dedos, me gané el título de ser un peligro para mi misma. No me dejaron manejar cuchillos ni acercarme mucho a ciertos lugares por un buen tiempo, y la fama de torpe quedó para siempre (de hecho, la nueva forma de referirse a los accidentes es: "pulling a sofi").

La semana pasada me empezaron a salir granitos que picaban. Al principio pensé que era una reacción alérgica al exceso de picaduras de mosquitos que había sufrido durante el último mes (al parecer soy uno de sus platos favoritos), pero poco a poco empezó a expandirse hasta volverse insoportable, momento en que decidí ir al doctor. Una vez en el consultorio, aproveché de mostrarle mi tobillo, que todavía estaba un poco hinchado, y después de examinarme me dijo que no me lo había torcido, sino que me había fisurado un huesito... yay! Por suerte, se sanó solo, y se supone que se demora seis semanas en estar completamente sano. Los granitos son una reacción de mi cuerpo a los cambios bruscos de temperatura y humedad, y el diagnóstico fue urticaria (lo que mi profesor de matemáticas decía que le daba después de ver nuestras pruebas).

En conclusión, soy una fallada. Una cosa interesante que aprendí, es que las cremas humectantes no humectan la piel! Crean una capa que evita que la piel se deshidrate por evaporación! Quizás todos sabían eso, pero yo no tenía idea. Así que la verdadera humectación está dada por el volumen de líquido que consumes al día más que por la cantidad de cremas que te pones... A tomar agua se ha dicho.

4 comentarios:

  1. ¿Y las picaduras? ¿siguen durante el invierno? :S

    Deberías usar Repelex :P

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  2. Por suerte, en la misma semana en que las temperaturas bajaron drásticamente, dejaron de haber mosquitos xD.
    Cuando fui a México usé Repelex, y lo puse en la pared antes de salir de la pieza. Al volver, todas las hormigas estaban donde había echado Repelex... Me da miedo el Repelex xD

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  3. Qué lindo tu post acompañado de monitos. Creo que te estás impregnando del japanese style más de lo normal XD
    Yo tampoco sabía lo de las cremas. Interesante.

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  4. Lol! lo que pasa es que se ve más bonito así! (en mi opinión por supuesto)

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