miércoles, 2 de febrero de 2011

Ley de Murphy

Como mencioné antes, esta es mi última semana de clases, y gracias a mi naturaleza hiper procrastinadora, he estado haciendo todo a última hora, durmiendo la nada, etc. Si no había estado durmiendo mucho, menos iba a perder tiempo limpiando mi pieza (sólo pierdo tiempo viendo tele...). Por supuesto, mi pieza era un fiel reflejo de mi vida estos últimos días: la ropa en el piso, bolsas de comida por todos lados, platos sucios, papeles y boletas repartidos por doquier, las bolsas de basura en el balcón, etc. Como buena estudiante, consideré que el período de exámenes era excusa suficiente, y que ya que no pensaba invitar a nadie, no era tan terrible.

En mitad de clases sonó mi celular, y después de buscarlo en los miles de bolsillos de las tres chaquetas que estaba usando, lo apagué muerta de vergüenza. Después de clases una compañera me contó que la pieza de arriba se había inundado, y que el agua había pasado a mi pieza, pero que habían revisado y no había pasado nada terrible.

Excepto que entraron a mi pieza. A mi terriblemente desordenada pieza.

Pero eso no fue nada comparado con lo que vino después. Apenas llegué a la pieza, el personal del Kaikan vino a limpiar, y a pesar de que les dije veinte veces que no era necesario, tuve que ver (roja como tomate), como secaban el piso (corriendo toda la basura hacia el costado), el refrigerador, y hacían bromas acerca de lo mucho que al parecer me gustaba limpiar. Y después... vieron el baño!!!!!! que tiene en el lavamanos una torre de platos, sartenes, cubiertos, etc!!!! Y cuando por fín pensé que se iban a ir, se pusieron a arreglar los cajones de la cama que estaban atascados, después decidieron atornillar el respaldo, etc. En ese momento me di cuenta de que no me quedaba otra que ponerme a ordenar, ya que al parecer no tenían ninguna intención de dejarme sola para que me tragara la tierra. Pero por lo menos ahora los cajones se mueven, y no se rieron de mi toooodo el rato (o quizás si, pero como no entiendo tanto japonés, no me di cuenta... ojos que no ven, corazón que no siente). También me insinuaron que sería bueno devolver la aspiradora que había raptado de la oficina el jueves (en teoría la prestan por una hora).

Supongo que no hay nada que hacer, y aún en el tiempo más estresante, hay que mantener todo impecable, porque Murphy se las va a arreglar para llenar tu pieza de gente si es un asco como la mía.


1 comentario:

  1. Noooooooooo!!!
    Es como la versión moderna de que si tienes un hoyo en el calcetín, por alguna razón que nunca imaginabas tendrás que sacarte el zapato.
    Increíble anécdota.

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