miércoles, 5 de enero de 2011

Vacaciones!!: Kyoto

Ya de vuelta en Fukuoka, mi pieza y con mi computador con "ñ" y tildes, puedo escribir acerca de mis vacaciones y mi viaje.

Desde Fukuoka partimos cuatro amigas y yo a Kyoto en bus. El bus no tenía baño, pero hacía paradas cada dos o tres horas en servicentros. Llegamos a Kyoto a las 7 de la mañana, y muertas de hambre, casi corrimos al McDonalds. En Japón (quizás en Chile también) el McDonalds tiene un set de desayuno, y un nuevo dulce llamado...chocopie!!! Es demasiado ricoo!!! La masa es de hoja, y el dulce es muy parecido a una empanada de queso. Es triangular, y está relleno de chocolate que, una vez frito el "pie", se derrite. Debo admitir que me he quemado la lengua unas cuantas veces, pero no me importa, vale la pena. El único problema es que parece que comí muchos, porque ya no me apetecen.

Desde la estación, tomamos el metro a nuestra hostal, que fue la más barata que encontramos (1500 yenes por noche). Estaba ubicada cerca de Gion, en una calle que a las 8 am se veía vacía, pero prometedora. La hostal era mucho mejor de lo que esperábamos, con espacios comunes realmente buenos. Los baños, la cocina y el living eran excelentes, pero las piezas no tanto. Las hostales en las que me he quedado tienen piezas grandes, con camarotes. En Seoul, más que camarotes, eran como camas empotradas en la pared, así que si la persona de al lado o abajo se movía, tu ni te dabas cuenta. En esta hostal, los camarotes estaban tan pegados que la primera noche, como buena Chilena que soy, pensé que había un terremoto cuando la persona del camarote de al lado se movió. Pero una vez pasado el susto, es fácil acostumbrarse, y después de unas cuantas noches, ya ni te das cuenta.

Una vez bien instaladas, y con el itinerario del día decidido, tomamos el metro en busca de nuestro primer templo. Después de recorrer tres líneas de metro distintas, y no tener idea de como llegar a donde queríamos, decidimos volver a la primera estación porque habíamos visto un templo que se veía bonito, y además el museo de manga estaba cerca. La pagoda era preciosa, y el museo muuuy entretenido. Como a las 5 ya estaba oscureciendo, y todas estábamos bastante cansadas, así que optamos por volver a la hostal.

El segundo día fue templo-intensivo. Compramos la tarjeta de bus que permite usar los buses ilimitadamente por el día, y empezamos nuestro recorrido. Después de haber visto dos, ya era hora de almuerzo, y pasamos por una calle muy linda que resultó ser Gion, el barrio de las Geishas. Almorzamos en un negocio barato y rico, una especie de comida rápida japonesa (no, no sushi), y seguimos viendo templos. Como me empecé a cansar, decidí separarme del grupo y vagar por mi cuenta. Caminando por un cerrito, pasé por varias tiendas de artesanías y mini shrines, hasta llegar a una grande que habíamos visto desde el bus, pero no habíamos visitado. Esta última desembocaba en Gion, que ahora es una calle comercial llena de tiendas de artesanías y dulces típicos, y aunque no compré nada, me encanta vitrinear y conocer ese lado de la cultura. Creo que en mis vagabundeos vi una Geisha, pero no estoy segura, porque hay mucha gente que paga por vestirse y maquillarse como Geisha por una o dos horas.

Para navidad, la hostal nos hizo una cena gratis, con temaki sushi (sushi que haces con la mano) y takoyaki (descubrí que si tiene vienesas me gusta), queques, etc. Una amiga compró una torta de helado navideña y la comimos mientras jugamos super jenga. No pudimos comprar kentucky porque había que reservarlo con una semana de anticipación, pero la comida de la hostal fue riquísima. En la hostal conocí mucha gente interesante, una belga que estaba dando la vuelta al mundo, una pareja canadiense, etc.

Entre los lugares que visité después están un mercado donde vendían principalmente pescados, y ahí comi mini pulpos enteros, rellenos de huevo de codorniz (en la cabeza!), un centro de artesanías de cinco pisos, y Nara. Nara es la antigua capital imperial, antes de que fuera Kyoto. Tiene templos muy antiguos, Shrines, y... renos. Estos renos son diabólicos, te persiguen y persiguen hasta que no te quedan más galletas. Como a mí no me gustan, no compré galletitas, pero mis amigas sí, y fueron cómicamente perseguidas. Si bien dan un poco de miedo, tienen algunas gracias. Si les haces una reverencia, ellos la devuelven! (no cuando yo la hago...).

Fotos del viaje:

http://www.facebook.com/album.php?aid=281036&id=663203570&l=ff80cd7804

2 comentarios:

  1. Sofi! me entró una duda, ¿es costumbre de los extranjeros ir a tanto local de comida rápida o también de los japoneses?

    Que bonito q es Kyoto, que hartos templos! parece q el número de templos per cápita es bastante alto :S.

    Sigue pasándolo bien!

    Cariños

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  2. Hola!
    bueno, los japoneses también comen comida rápida y en los supermercados venden mucha comida preparada (bentos).
    Como Kyoto es la antigua capital imperial, tiene muchos templos y casas bonitas =D.
    muchas gracias!!!
    nos vemos pronto ;)
    cariños

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